miércoles, 30 de mayo de 2018

citroën comfort & music tour - prueba C4 Cactus




Tan sólo 4 años después de su impactante llegada al mercado, Citroën lanza el nuevo Cactus, mucho más que un restyling al incluir jugosas novedades aunque estructuralmente tengamos que hablar del mismo modelo.




La verdad es que tenía mucha curiosidad por probar por mí mismo el nuevo sistema de Amortiguadores Progresivos Hidraúlicos: prometen una comodidad de rodadura al nivel de lo que siempre ha hecho despuntar a la marca del doble chevrón, sus singulares suspensiones trabajadas al más alto nivel. Da igual que hablemos del 2CV, del Mehari, del DS o del Xantia (os acordáis de la suspensión Hidractiva?), los Citroën siempre han sido reconocidos por aportar un plus, una distinción en este campo.

Y el nuevo Cactus no podía quedarse atrás.




Para probarlo me desplacé hasta el centro comercial Las Arenas, donde el stand estaba ocupado, además, por un C3 en su versión SUV, el Aircross, así como por una serie de sillas de masajes...




En efecto, para apoyar su eslogan de "confort por los 8 costados", en relación a las mejoras del nuevo modelo,  te obsequiaban con unos buenos 15 minutos de relajación -que, por cierto, me vinieron de fábula, pues hacía días que me notaba los hombros agarrotados-. Y para apoyar el Music Tour, estaba prevista una sesión de firmas y fotos con una de las integrantes de OT de este año, Ana Guerra y el sorteo de entradas para los conciertos... realmente, no habían reparado en gastos!.


Por desgracia, en ese momento en estaba disponible para probar el C4, por lo que me decidí a conducir el Aircross y así completar con una prueba dinámica la presentación que hice del mismo hace unos meses (Microaventurero: contacto Citroen C3 Aircross).


Pero aquí acudió en mi ayuda el concesionario PSA Retail Barcelona-Guipúzcoa (facebook:citroen.psaretail.barcelona.guipuzcoa), que me ofreció fijar una cita para que no me quedara sin experimentar por mí mismo el modelo que me interesaba probar y que acabó derivando en un completo test-drive.

Durante la sesión de fotos pude comprobar de cerca que el Cactus ha afilado sus lineas: de ser un coche rompedor pero con una cierta imagen simpática y desenfadada ha pasado a tener un aspecto mucho más serio y convincente. Ha madurado, ahora parece "más coche" y más dinámico. El morro  tiene un diseño mucho más trabajado y favorecedor, desaparecen las barras del techo (ahora, opcionales) y también se eliminan en gran parte los controvertidos y útiles air-bumps, que pasan a tener una presencia residual en la parte inferior de las puertas, manteniendo el toque de diseño que les da la posibilidad de ir pintados en varios colores.



Al ser, en esencia, el mismo coche, mantiene un aspecto que le hace destacar y es lo bien aprovechado que está el espacio; este segmento de los SUV de alrededor de 4,15 metros (o de SUV sub-compactos) pasan por un momento dulce, pues combinan un tamaño ajustado para la ciudad con un correcto espacio para 4 pasajeros (o incluso 5 en este Citroën por el buen espacio trasero para los pies) y un maletero destacable de unos 350 litros. Aunque el personal diseño de la zaga del Cactus crea un pequeño escalón que dificulta poder hacer eso tan divertido de usarlo como banqueta cuando vuelves de la playa y quieres limpiarte los pies de arena, vale la pena obviar este pequeño placer al ver lo bien rematado que está el conjunto, el énfasis que se ha puesto en su diseño una vez cerrado y lo regular de sus formas interiores. Es remarcable la importancia que pasan a tener los pilotos traseros, que ahora duplican su superficie y se suben en parte al portón.



Un último detalle nos da otra pista sobre el cuidado que se ha puesto en su rediseño. Los retrovisores ahora pasan a incorporar los intermitentes en una elegante hilera que contribuye a crear esta sensación de deportividad y que le da un toque lujoso, con el añadido de estilizar el lateral al eliminar el indicador en forma de botón que antes se situaba sobre la aleta delantera.


Al abrir la puerta, vemos que la marca guarda un recuerdo para los reducidos air-bumps que identificaban al modelo, pues un rebajado en el interior -y que se repite en el portón trasero- recuerda la forma de los mismos en el anterior Cactus. Por fortuna, mantiene detalles como el tirador en piel tipo asas de una maleta, con su hebilla y todo!.



En el interior no hay diferencias respecto al primer Cactus: mantiene una disposición minimalista, con pocos mandos físicos a la vista y un diseño atrevido y muy poco usual en forma de escritorio con toda la superficie superior plana; de hecho,  hoy por hoy, sólo se me ocurre otro modelo con unas formas semejantes: el exclusivo y eléctrico BMW i3. Sorprenden los dos aireadores, distintos en tamaño y cada uno enfocado hacia un lado, pues la asimetría no suele ser habitual en el diseño de los salpicaderos y la guantera superior frente al acompañante, de apertura vertical y buena capacidad.


La parte superior está realizada en un plástico blando de excelente calidad y terminación -al igual que el volante, digno de una categoría superior- y con un dibujo en forma de escamas muy poco usual. La parte inferior, en cambio, muestra un plástico duro de uso más habitual en su segmento pero que se realza con incrustaciones en color negro brillante o metálico.



Toda la información y la forma de interactuar con el coche se concentra en tan sólo 2 pantallas. Citroën no esconde su gusto por la instrumentación digital, que ya mostraba con orgullo en el CX de los 70 o en el primer C4. Quizás por eso en la pantalla frente al conductor ha recurrido a una grafía tipo años 80 que recuerda a los videojuegos de aquella época.


Cada vez que enciendes el coche, la pantalla realiza un chequeo de los indicadores para dejar finalmente a la vista sólo los mínimos imprescindibles -velocidad, kilómetros recorridos totales y nivel de combustible- y los sistemas activados y es inevitable acordarse de la sintonía de inicio del Pac-Man. De hecho, no me hubiera sorprendido ver aparecer por un lado a un comecocos seguido de los fantasmas...

Además de los mandos del volante para regular el control de crucero, el limitador de velocidad y el sistema de sonido, los únicos mandos físicos están bajo la pantalla central (con el on/off de las lunetas térmicas, el cierre centralizado y el aire acondicionado, más los warnings de emergencia). El resto de funciones se controlan con los botones virtuales que rodean la pantalla táctil, desde la radio al navegador pasando por la climatización y las funciones de conectividad con el móvil y configuración del coche, aunque la linea superior muestra siempre una información fija (temperatura exterior e interior, hora y velocidad de la vía si se cuenta con navegador).


Desde esta última pantalla puedes activar y desactivar el sistema de Stop/Start (lo cual no tiene sentido, pues su funcionamiento es intachable), la ayuda al estacionamiento (lo mismo digo), el sistema de antipatinamiento... etc. Lo más divertido es que incluye una función de información, donde te explica con animaciones y textos qué realiza en concreto cada sistema... vamos, al estilo de las pantallas de información que todos recordamos de videojuegos tipo Colin McRae Rally...



Por lo que respecta a la conexión con el móvil, ésta no podría ser más sencilla: a través de Blue Tooth ya podremos activar varias funciones, como escuchar nuestra música, hacer y recibir llamadas o escuchar los mails que recibamos (con una entonación y dicción realmente lograda y sin que parezca un robot). Si disponemos de un cable estándard, podemos descargarnos aplicaciones que nos permitirán duplicar nuestro móbil en la pantalla central (MirrorLink) o una propia de Citroën que te permite gestionar tus trayectos diarios, aunque el ordenador de viaje ya está preparado para ofrecer datos (kilómetros recorridos, consumo medio, velocidad media...) de 2 conductores individuales. El acceso a esta información, por cierto, puede hacerse de manera rápida apretando el botón central de la palanca de los limpiaparabrisas. Si presionamos el mando de los intermitentes, en cambio, accedemos a las funciones de control por voz.


En cuanto te pones al volante entiendes porqué este tipo de coches está en claro auge: vas sentado un poco más alto que en un compacto y la sensación de espacio es muy semejante a la que tendrías en uno de ellos. El diseño SUV, con el parabrisas muy adelantado y vertical crea una buena sensación de espacio sin tener que construir un gran ventanal ante el conductor. Ves ante tí claramente el morro y el buen tamaño de los retrovisores hace que también tengas muy buena visión hacia atrás.


Este dato tiene su importancia, pues el pilar C es muy ancho para incrementar la sensación de deportividad y dificulta la visión en maniobras de aparcamiento hacia la derecha. Por fortuna, desde el nivel de equipamiento intermedio, el Feel (los otros dos son el Live y el Shine), ya incluye un asistente por ultrasonidos realmente efectivo: basta con insertar la marcha atrás para que aparezca una imagen del coche en la pantalla central y te avisa con pitidos y colores de los obstáculos que pueda haber hacia atrás e incluso en la diagonal de los parachoques traseros.


La verdad es que no estaba acostumbrado a utilizar este sistema y desde el primer momento te permite realizar estacionamientos de libro... y te ahorras tener que retorcer la espalda y el cuello!. Entre el variado equipamiento de este nivel, por cierto, me ha llamado mucho la atención los Magic Wash, que en vez de lanzar agua desde el morro contra el parabrisas, lo dejan ir directamente desde las escobillas, sin que puedas distinguir desde dónde sale...curioso, muy curioso a la par que efectivo.

Una vez en marcha, enseguida a relucir la calidad de la suspensión: parece que allana el terreno. Si pasas pequeños baches, juntas de dilatación, tapas de alcantarilla... etc, "oirás" el golpe pero no lo notarás, porque la carrocería continuará en perfecto equilibrio aunque los pases con sólo las ruedas de un lado. Si tienen un tamaño considerable, la carrocería bajará, pero al llegar al tope de suspensión se ralentizará y volverá a su posición con suavidad. Aún más espectacular si cabe es tomar en autopista las típicas ondulaciones que hacen despegar levemente al coche, pues al caer lo hace como si aterrizaras sobre un colchón de plumas. Genial!, como decía el AX. De hecho, el coche parece diseñado para este escenario en concreto: control de crucero activado con el 120 enorme justo frente a tí entre las dos líneas rojas horizontales, bien aposentado en el amplio y cómodo asiento, un bajo nivel sonoro y sensaciones de coche mucho más grande. Como alardeaba la publi del XM, te sientes "Señor de la carretera". Para redondearlo, ofrece un consumo de menos de 5 litros gracias al motor diesel 1.6 BlueHdi de 100 c.v. Aunque el gasóleo retrocede en ventas, sigue siendo imbatible en grandes distancias a velocidad contenida: cuando hice la vuelta por carretera a 90-100 por hora, el consumo bajó hasta los 4,3 litros... ya se sabe: Diesel gustazo!.


Si después de una buena cabalgada por la autopista tienes que parar en un peaje, probablemente caerás en la cuenta de otro aspecto en el que este Cactus destaca y en el que no habías reparado hasta el momento: la dirección. No sólo me ha encantado por su tacto, 100% premium, con ese equilibrio perfecto entre suavidad y dureza, sino porque es de asistencia variable... pero de asistencia variable DE VERDAD. En otras marcas que he probado, como mucho se endurece en modo sport o se ablanda a baja velocidad, pero aquí no es la misma a 10 que a 20, que a 30 que a 40, 50 ó 120 km/h. Está tan bien calibrada que no te darás cuenta hasta este momento, en el que cambia totalmente la asistencia, pasando a poderse manejar con una mano en pocos metros.

En mi caso, el recorrido de pruebas continuó por una carretera y el resultado continuó siendo espectacular, pues puedes tomar la mayoría de curvas sin soltar gas y con el coche, literalmente, circulando sobre raíles. En más de una curva que conozco bien he hecho un acto de fe al no levantar el pie del acelerador y el Cactus me ha sorprendido manteniéndose impertérrito, con cero inclinación de la carrocería.

Y si la carretera se retuerce más, sale a relucir su corta batalla y bajo peso (parece increíble que pese como un utilitario, unos 1.100 kilos), con una agilidad asombrosa ayudado por la dirección, pues recordemos que, a baja velocidad se vuelve rápida y ligera.  Lo hace tan bien que parecerá que vas a ritmo "de paseo"... hasta que al cabo de dos curvas tengas que aminorar la marcha al darte cuenta de que te estás echando encima del coche que te precede.


Si te propones emular a Loeb (ahora entiendo porqué gano 9 campeonatos seguidos del WRC con esta marca!) y sigues viniéndote arriba, aquí el límite lo pondrán los asientos. Tienen la forma de un ancho sillón de diseño (la banqueta y el respaldo son iguales, no hace la forma de los hombros) y los laterales, aunque marcados, no son rígidos; logran una comodidad elevada pero si en las curvas más cerradas aceleras a fondo notas claramente la fuerza centrífuga.


El segundo aspecto que te invita a volver a velocidades más lógicas es la rapidez de la palanca de cambios. Tiene un tacto muy bueno -con una ligera resistencia antes de cada enclavamiento que evoca calidad-, pero para un conducción decididamente "al ataque" necesitaría más rapidez y unos recorridos de la palanca más cortos. En cualquier caso, estamos hablando de unos requerimientos sin sentido para un coche de estas características, y tengo que reconocer que se defiende realmente bien en este aspecto. Aquí ayuda, y mucho, la fuerza que muestra el motor: en 2, 3 y 4  salen a relucir enseguida los 100 caballos de potencia y el efecto turbo es bastante impactante. Citroën no ha dudado en recurrir a este extra para el Cactus, y también en la gama de gasolina lo encontramos en los 110 y 130 caballos junto al motor de 3 cilindros y 1.2 litros.


Incluso circulando por caminos de tierra y ligeramente rotos este Cactus es plenamente satisfactorio, gracias a que la carrocería está ligeramente elevada y la capacidad de filtración de las suspensiones, que te permiten ir a buen ritmo sin que el coche vaya dando pequeños saltos continuamente.

 En definitiva, este primer Citroën que ha llegado a mis manos ha resultado ser un vehículo muy completo, que une lo mejor de 3 mundos por sus medidas de urbano exteriores, su amplitud de compacto en el interior y el comportamiento de berlina que ostenta en autopista.

Si algo tengo claro, es que este Cactus no pinchará (comercialmente hablando).



Y hasta aquí el post sobre este completo Citroën. Como es de bien nacidos ser agradecidos, quisiera agradecer a los Sres. Jordi y Benjamín del Concesionario Citroën de la calle Guipúzcoa en Barcelona (facebook:citroen.psaretail.barcelona.guipuzcoa) su amabilidad y las buenas charlas que nos hemos pegado cambiando impresiones sobre este mundillo que tanto nos apasiona. En breve, más sensaciones al volante en circuito, pruebas completas y alguna recomendación de viaje para el verano, todo en mi página de Facebook (Theredstig); y, como siempre, información sobre eventos de conducción en el grupo (Conduce Coches) que nos permitan hacer lo que más nos gusta: conducir.


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