martes, 18 de junio de 2019

Macho alfa - contacto Nissan Qashqai



La invasión SUV es un fenómeno que, desde el punto de vista de la lógica, no tiene sentido: no son más espaciosos que los monovolúmenes, ni más económicos que los compactos, ni más elegantes que las berlinas, ni más capaces que los todoterrenos, y, sin embargo, ahí están, triunfando mes a mes en todos los segmentos en los que meten cuchara. De hecho, en el primer trimestre de este año, un SUV -el Qashqai- fue el coche más vendido en el mercado español, por encima del León, ni más ni menos; cierto es que no pudo aguantar el tirón, pero sigue en el segundo escalón del podio, por delante de otro modelo que no te esperas encontrar es estos niveles de ventas, el Dacia Sandero.


Y aún tiene menos sentido el éxito de la primera generación del Qasqai, que, al fin y al cabo, no era más que un hatchback elevado con grandes ruedas y cierta estética 4x4. Pero la receta triunfó e inició un efecto mariposa que se ha llevado por delante a modelos tan interesantes como el monovolumen Ford C-Max o la berlina Citroën C5... Cuando le llegó el relevo, Nissan tiró de galones y ahora sí que se decidió a lanzar al mercado un modelo con  auténtica carrocería todocamino, en el que destacaba el impactante frontal que visualmente lo acercaba a la poderosa imagen de un TT. Aunque el modelo creció hasta los 4,40 metros (medida "oficial" para los SUV compactos), sigue sin ser de los que mejor aprovechan el espacio, pues sus 430 litros de maletero lo sitúan en la parte baja de la tabla.


Así que, cuando en el Automobile Barcelona de este año ví que tenían unidades listas para las pruebas dinámicas, me decidí a conducirlo para comprobar en primera persona el secreto de su éxito. Lo primero que advierto al ponerme al volante es que los acabados son correctos, los normales de un fabricante generalista, pero peca de una cierta falta de refinamiento en el tacto de los mandos. Es algo que ya detecté en la prueba del eléctrico Leaf, por lo que presumo que debe tratarse de la forma habitual de trabajo de la marca japonesa, pero si lo comparo con el cuidado interior del Honda CR-V, por enfrentarlo a un producto del mismo país, la verdad es que no hay color, aunque es justo reconocer que el de la gran H lo supera en precio y tamaño.


También encuentro unas formas del salpicadero bastante anodinas para lo que se lleva ahora, con la pantalla central de reducido tamaño y en una posición baja y demasiado apartada de la vista. Nuevamente tengo que ser justo y comentar que lleva cinco años en el mercado, un mundo si tenemos en cuenta los avances que se han producido en electrónica, conectividad y diseño en este espacio de tiempo: ahora se trata de fardar de grandes tablets táctiles y no de esconderlas. Por el contrario, los asientos son muy buenos, con un gran tamaño que te hacen sentir que estás al volante de "algo grande", sensación que se ver reforzada por lo alta que está situada la banqueta y que te permite dominar perfectamente el entorno. Esta altura encaja como anillo al dedo con la idea de seguridad que transmiten los SUV's por este mismo motivo.


El motor se trata del nuevo bloque de 1.33 litros, 4 cilindros y turbo, disponible en 140 ó 160 caballos de potencia. Presiono el botón de arranque -muy bien situado junto al volante, por cierto- y empiezo a rodar por las calles de Barcelona... envuelto en un ruido que me parece atronador! Tal vez sea porque tengo los sentidos alterados -vengo directamente de probar el eléctrico y silencioso Audi E-Tron-, pero me veo obligado a preguntarle por dos veces al monitor de la marca si está seguro de que el motor es de gasolina, porque por el ruido yo diría que es diesel. No lo entiendo. Voy con las ventanas cerradas y el motor se escucha claramente en el habitáculo! No proporciona unas aceleraciones fulgurantes, pero está bien para mover los menos de 1.400 kilos que pesa el coche, cifra más que razonable en relación a su tamaño. En general se comporta bien, no acusa la altura y es ágil circulando en ciudad: siempre había leído que podría pasar por un compacto por tacto de rodadura y es cierto. Dirección y pedales se manejan de forma natural y cómoda, sin nada remarcable en el aspecto positivo o en el negativo, pero la palanca de cambios ya es harina de otro costal.


Efectivamente, tiene un tacto bastante errático y poco preciso, que junto a los largos recorridos necesarios para insertar las marchas no la hacen demasiado excitante de utilizar; puede parecer un tema menor, pero, para mí, al menos -y teniendo en cuenta que es lo que más se utiliza en un coche- es básico que este aspecto esté lo más cuidado posible.


Es lo malo de estas pruebas rápidas tipo Speed Dating, esas citas de 7 minutos que se usan para encontrar pareja: sólo tienes tiempo de advertir lo que más te llama la atención, sea bueno o malo. Seguro que en una prueba completa de fin de semana me acabaría reconciliando con él al encontrar sus muchas virtudes, pero sigo sin encontrar el porqué de tanto jaleo alrededor del cochecito... salvo que lo esté enfocando erróneamente, claro... acaso el SUV no basa su éxito en la imagen? pues va sobrado, con el agravante de pertenecer a una marca que es largamente reconocida por las capacidades TT de sus legendarios Patrol y Terrano. Que el interior es poco lucido? claro, un modelo de estas características debe tener un punto de rudeza que denote durabilidad en cualquier circunstancia. Ruidoso? si no suena como un tractor, no vale. No te gusta el tacto de la palanca de cambios? Cuando tienes que abordar una trialera hay cosas más importantes en las que fijarse...

Visto desde esta óptica, se entiende que sea un triunfador, el macho alfa de la manada. Y si a esto le sumamos su ajustado precio y su larga lista de acabados, transmisiones y motorizaciones, las piezas acaban de encajar por sí solas.

Y hasta aquí la reseña sobre este superventas. En breve, más sensaciones al volante!.