miércoles, 25 de noviembre de 2015

La estrella sueca - prueba gama Volvo.





Hace cosa de un mes tuve la ocasión de ser invitado por Autopista y Volvo a las jornadas de conducción que se realizaron en el Circuito de Castellolí con motivo del lanzamiento del nuevo SUV de lujo de la marca, el XC90. Esperaba que me dieran ya el VIP, pues he estado allí 4 veces invitado por distintas marcas, pero no fue así. Veremos a la siguiente.



Para los que no lo conozcan, hago un pequeño inciso para hablar de estas espectaculares instalaciones. En la A-2, dirección Lleida, una vez pasado el túnel del Bruc, encontramos el núcleo habitado -lo de pueblo le viene grande- de Castellolí. En las afueras encontramos lo que nunca dirías que puede haber allí, esto es, un circuito al que sólo le faltan las gradas para correr grandes premios. Entre montañas, se construyó este circuito de más de 4 kilómetros de longitud, muy rápido, con un puente al estilo de Suzuka. Para redondearlo, disponen de una pequeña pista con superficie resbaladiza para pruebas de habilidad, un envidiable karting y hasta una zona off-road que, hasta la fecha, yo no conocía.


El caso es que ese domingo me planté allí antes de las 9 de la mañana, hora a la que estaba convocado, para pasar un día conociendo una marca que aún me faltaba por tachar de mi personal listado de coches conducidos. Tras un relajante trayecto de 45 minutos desde Barcelona, entraba en el parking y me dirigía las oficinas para pasar el registro y recibir mi acreditación. Mientras esperaba a que me avisaran para una charla informativa previa (briefing), aproveché para dar un primer vistazo a los coches expuestos y dispuestos para ser toqueteados a gusto por todos los aficionados que nos habíamos dado cita allí.




La estrella del día era el recién llegado XC90, evidentemente, aunque la jornada me permitiría probar otros vehículos del afamado fabricante sueco.


Visto de cerca, uno entiende el éxito de este formato de coches. Apabullante, rotundo, fardón... entra por los ojos. La clásica berlina tricuerpo se ha quedado desfasada, y,  pese a su elegancia, la superior comodidad y versatilidad de estos vehículos los han desplazado de la categoría estandard de coche familiar. Incluso han echado de su trono a los compactos monovolúmenes que hace unos 15 años entraron pegando fuerte en el mercado, pese a que algunos SUV's son menos espaciosos y más caros que su equivalente monovolumen. El avance en materia de suspensiones también juega a su favor, pues se ha podido controlar su máximo handicap: el balanceo excesivo de la carrocería en zonas de curvas.



Una vez dentro, las sensaciones siguen siendo de gigantismo. Hay sitio para dar y regalar en todas las direcciones, pero es que 5 metros de longitud dan para mucho. Realmente, pocos coches recuerdo en los que me sobren 2 palmos desde la cabeza hasta el techo.
En temas de estilo cada uno tiene sus gustos, pero es innegable el aire de diseño escandinavo del interior: formas suaves y armoniosas, lineas simples, colores cálidos... Un detalle curioso es el sistema para abrir la guantera: para no romper las lineas con un basto tirador, ésta se abre con el botón más cercano la misma que hay en la fila debajo de la pantalla táctil central...Frente a otras marcas que identifican calidad con sobriedad, se agradece un interior más alegre y acogedor. Aún así, cada cuál tiene sus preferencias.


Después de una primera toma de contacto estática con el XC90, entré en la sala dispuesto a conocer el plan del día. Un ponente de lujo, redactor de la revista, nos hizo un pequeño recordatorio de la marca, su filosofía, sus planes de futuro, la innovadora tecnología del nuevo Volvo... lo más impactante es el plan de seguridad 2020, por el que lograrán que ningún ocupante de sus vehículos resulte muerto o herido de gravedad en uno de sus vehículos. Y conociendo la trayectoria de la marca en este campo y la generalización de las ayudas electrónicas a la conducción que están desarrollando, es obvio que se logrará.

Tras un apagón eléctrico que nos dejó en un ambiente más íntimo, se nos informó de que las pruebas serían de tres tipos: conducción automatizada en circuito, esquiva en superficies deslizante y prueba 4x4. Genial!. Circuito y montaña, todo en un día!. Así pues, directo al circuito a pisarle a fondo.

Una vez allí, encontramos varios modelos Volvo dispuestos en formación.



 Primero dimos un par de vueltas dentro un XC90 para conocer el circuito mientras el monitor nos iba explicando en qué iba a consistir la prueba: 1 vuelta de conducción automatizada y otra de conducción deportiva.


Siempre que tengo oportunidad de conducir en circuito, aplico un pequeño truco antes: busco en la red el trazado y alguna vuelta subjetiva para intentar memorizarlo. Parece una tontería, pero luego se disfrutan mucho más las vueltas. En este caso no era necesario, pues lo conozco bastante bien, pero nunca está demás.

El tema de la conducción automatizada tiene su miga. El primer coche, conducido por el monitor, hace de guía; los 3 restantes, conducidos por los asistentes, llevan los sistemas de radar dinámicos activados, por lo que sólo tienes que girar el volante, con ambos pies en el suelo, mientras el coche frena sólo en las curvas y acelera a continuación hasta el tope fijado... es fácil de decir, pero tienes que fiarte mucho de la electrónica!. No digamos cuando en la recta de atrás llegas a 120 km/h, ves las luces de freno del siguiente coche encenderse y tú te encomiendas a San Apapucio mientras "no haces nada" y todos tus instintos te incitan a pisar el pedal del freno a fondo. Pero funciona a la perfección y es una experiencia nueva a la que tendremos acostumbrarnos, sí o sí, en un futuro cercano.



Para esta prueba me fui directo al XC60 de 181 c.v., no tan espectacular como su hermano mayor, pero más terrenal. Y me quedó claro el avance en materia de suspensiones que antes comentaba: era posible tomar las curvas con las 4 ruedas chirriando -seguir al monitor tenía su miga!-, pero en ningún momento se tenía sensación de exceso de inclinación de la carrocería o de dificultad para seguir una trayectoria.

Aún con las sensaciones desbordándome, me dirigí a la siguiente prueba: frenada en superficie deslizante y conos con los V40 (190 cv.).



Primero los chicos de FastMotor nos dieron una siempre interesante charla sobre cómo sentarse correctamente al volante, pues, a decir verdad, nadie nos ha enseñado y cada cual hace lo que cree más lógico... que no siempre es lo correcto. En este caso, la prueba consistía en pasar entre 2 conos a 40 por hora, frenar sobre la superficie resbaladiza, esquivar los conos centrales y completar la vuelta con un slálom para comprobar la buena direccionalidad del pequeño de la casa.

Como ya lo he probado varias veces, me dejé llevar por el exceso de confianza y no calculé bien la velocidad de entrada, entrando a 70 por hora en la zona de frenada...cosas de los 190 caballos!. Al frenar me llevé por delante la mitad de los conos y noté cómo me subían los colores mientras por radio me recordaban que la velocidad adecuada era otra... completé la vuelta con sumo cuidado y en la segunda pasada me concentré en mi velocidad y conseguí una frenada mucho más controlada.


Y aún me quedaba la tercera prueba de la mañana...esto era como ir a un parque de atracciones dedicado a los coches y saltar de una atracción a otra!.

Como lo mejor se guarda para el final, nos llevaron a la zona Off-road para la prueba 4x4 del XC90.




 Reconozco que la conducción montaña arriba/montaña abajo nunca me ha llamado especialmente la atención -y eso que este año llevo 3 experiencias de este tipo-, pero es increíble lo que pueden hacer bichos de esa envergadura y de 2 toneladas de peso. Los 225 cv dan para mucho, y, como tope de gama que es, impresiona la suavidad con que se desliza, el tacto de los mandos, el -mínimo- sonido del motor y la facilidad con la que se embarra sin pudor. Casi tan impresionante como el que dejen estos caros vehículos en manos de cualquier tipo de conductor, pero para eso son estas jornadas.


Y es que las múltiples ayudas hacen fácil lo imposible. Imagino que para un experto en estas lides y en rudos todoterrenos mecánicos, debe parecer hasta aburrido, pero para gente como yo, sin este tipo de conocimientos, es un plus poder meternos por estas zonas con garantías de que saldremos enteros.




Y después de comprobar in-situ las cualidades camperas del XC90, se dio por concluida la jornada, tras la entrega de un práctico regalo -un paragüas para el coche- y de la cumplimentación de un cuestionario de satisfacción.