martes, 17 de octubre de 2017

Peugeot Land - prueba 308/5008




Aunque era domingo, me levanté a la hora de irme a trabajar. Por si alguien dudaba del poder de la mente sobre el cuerpo, salté de la cama, desayuné y me dirigí, contento y silbando pese al madrugón, hasta mi coche; el lunes la cosa no sería igual, obviamente, pero ese día tenía cita en el circuito de Castellolí, uno de mis preferidos, para probar Peugeot's en uno de estos eventos que la marca suele organizar cada cierto tiempo (Peugeot Experience).

Una hora de relajada conducción más tarde por carreteras prácticamente vacías -qué poco nos gusta madrugar un festivo!- y ya estaba entre montañas, cámara en mano, para ver qué nos había preparado la marca en esta ocasión. Tras un rápido pase por el stand de identificaciones donde recojo mi acreditación, aprovecho para tomarme un café y comer alguna cosa en el pequeño bar que han montado, participar en un concurso para adivinar cuántas pelotas de tenis caben en un 3008 y observar de cerca los otros vehículos expuestos.


Incluso me ofrecen probar un patinete eléctrico de la casa que se impulsa de forma autónoma para reducir el esfuerzo y que se oferta como complemento de movilidad urbana.


Reconozco que los vehículos eléctricos me siguen impactando... dónde está el motor? y las baterías? no se diferencia en nada del típico que ves habitualmente por las calles... sólo adviertes algo cuando intentas levantarlo con una mano y te das cuenta de que no puedes: parece anclado al alfalto!. En movimiento, te permite subir ligeras pendientes con muy poco impulso, moviendo el cuerpo ligeramente, al estilo Seg-Way y al frenar presionando el freno trasero notas un ligero sonido eléctrico, pero nada más.

Sin darme cuenta, es casi la hora de la charla previa; mientras nos dejan entrar en la sala, aprovecho para entablar conversación con otros asistentes y cruzar impresiones sobre Peugeot y las instalaciones en las que nos encontramos.



Un responsable de la marca realiza un pequeño discurso donde nos pone al día de las novedades que se presentan en este evento. La idea es conocer el breve restyling que se ha aplicado al 308 -faros, pilotos traseros y poco más-, la gama de motores en gasolina -tricilíndricos de 1.2 y 1.6-, el nuevo motor diesel 1.5 de 130 c.v. que permite un rango de revoluciones más amplio -hasta 5.500- y las nuevas cajas de cambio automáticas por variador continuo, que pueden llegar hasta las 8 relaciones.

También nos informa de que nos dividirán en 2 grupos, según elegimos en su día probar el 308 o el 3008. En el primer caso, se trata de una primera toma de contacto en un pequeño circuito revirado y deslizante en el que se probará la esquiva de emergencia pasando a continuación al circuito grande para dar 3 vueltas.


El resto, iremos primero a la zona off-road para probar las cualidades de los 3008/5008 en un recorrido "entre pinos"  que nos han preparado, pasando, a continuación, igualmente a rodar en el trazado largo.

Aplausos y de cabeza al mini-bús: es hora de tocar volante!




Al inicio de la zona de trial, nos esperan los coches, cubiertos de polvo hasta el techo. Antes de montar, nos indican que los 3008 son de cambio manual y los 5008, automáticos. En ambos casos, son motores diesel que rondan los 120-130 c.v., más que suficientes para unos modelos que destacan por su ligereza, con menos de 1.500 kilos con esta motorización. Nos recuerdan que son modelos de sólo dos ruedas motrices, pero que gracias al sistema Grip Control, que cuenta con varios modos de funcionamiento según la superficie y a los neumáticos de alto agarre M+S (mood+snow) muestran un buen rendimiento; además, cuentan con sistema de descenso de pendientes para más seguridad. Como siempre que puedo elegir, me decanto por el automático y salgo el primero en pos del monitor.


A los pocos metros ya me he dado cuenta de que este Peugeot me va a gustar: el motor es silencioso, no vibra y tiene buena respuesta, la caja de cambios funciona perfectamente -sin retrasos por el resbalamiento del convertidor- y la dirección es suave y muy rápida. La postura también es perfecta, con el volante bajo y pequeño y los indicadores en la base del parabrisas. Y es un coche ágil, pese a que el aspecto familiar de este 5008 lo haga parecer aparatoso.

Casualmente, en la entrada inaugural de mi blog (http://theredstig.blogspot.com.es/2015/11/siempre-viene-bien-un-buen-volvo.html) hacía un recorrido por esta zona con un XC90 y recuerdo que se trataba más bien de un accesible camino con algún desnivel y curvas peraltadas... idóneas para un SUV de estas características (SUV-ebordillos, como algunos los llaman). Para mi sorpresa, nada más llegar a la tierra veo como el coche que nos guía se sale por un lateral y encara, sin complejos, campo a través, entre los árboles, cruzando una cresta desigual que le hace acabar a 3 ruedas... y sin inmutarse!.


Cuando oigo por el walkie que es mi turno no puedo más que dudar... lo dice en serio? me quedaré empanzado, seguro... para más INRI el mío se va a los 4,64 metros, por lo que mi voladizo trasero es más prominente y desfavorable. En fin, que sea lo que Dios quiera: confío en que los casi 20 cm. de altura libre al suelo sean suficientes. Y así es: yo también cruzo con el coche haciendo de equilibrista pero no me llega al oído ningún crujido o ruido de bajos rascando como esperaba.

El único consejo es que avancemos de forma continuada, acelerando con decisión si creemos que no superaremos el obstáculo. Y realmente funciona. El recorrido es estrecho, con fuertes inclinaciones y con los árboles más cerca de lo que me gustaría: el cuadro de mandos no hace más que mostrarme la imagen de los sensores activándose cada pocos segundos, pero consigo sacar el coche indemne. Ahora nos toca probar el asistente de descensos, por lo que nos recomiendan dejar el coche en punto muerto y dejarlo a rueda libre, a ver qué pasa.


La bajada no es muy larga, pero sí pronunciada: no veo nada, podría tener un ángulo de 90 grados, pero confío en la electrónica y lo dejo caer. Perfecto, a los pocos segundos se activan los frenos y el coche baja mansamente. Continuo manoteando como loco, intentando pasar los desniveles como mejor puedo y me encuentro el último obstáculo: una subida de fuerte inclinación, en curva ciega a izquierdas, con una cresta desigual a mitad de camino... más difícil no podría ser, no! y aún así, el Peugeot lo supera sin un mal modo o queja. De hecho, funciona mejor que algunos 4x4 que he probado, donde notas claramente cómo se acopla el eje trasero y el delantero pierde fuelle... aquí, el empuje es constante y al alcance de todo el mundo.

Suv-ebordillos? Nunca más! -como dijo el cuervo de Edgar Allan Poe-.

Hacemos el cambio de piloto y me sitúo en el asiento del miedo -nunca mejor dicho-, a ver si había para tanto o sólo me lo parecía a mí. La verdad es que al no tener que preocuparme por conducir, soy aún más consciente de la dificultad del recorrido propuesto: hay que aplaudir el valor y la confianza de la marca en sus productos.


Vuelta al mini-bus y directos al circuito de velocidad para probar el 308. En esta ocasión nos han preparado los 1.2 de gasolina de 130 c.v. Curiosamente, en el reparto me vuelve a tocar la versión "larga", en este caso la SW: este finde me persiguen los vehículos voluminosos, está claro.


Primero damos una vuelta al circuito con el monitor, donde nos explica las normas: prohibido adelantar, mejor mantener la distancia de seguridad, obligatorio seguir la linea que él marque... y recordar que él adecuará la velocidad a la nuestra, por lo que si advierte que respondemos, no tendrá problemas en hacerlo divertido. En mi grupo los 3 conocemos el circuito, por lo que me las prometo muy felices, pero me equivocaré estrepitosamente.


Subo al segundo coche y salimos en formación. Primera curva cerrada a la izquierda, segunda y tercera suaves enlazadas... y, de repente, veo que el coche que está el primero tras el monitor se sale de la trazada ostentosamente, en plan Max Verstappen! qué pretende? adelantarle? al momento escucho por el walkie que eso no se puede hacer y que, si se repite, la prueba se dará por finalizada. En cualquier caso, supone el fin de parte de la experiencia, pues nuestra velocidad bajará sensiblemente, tanto que en la última vuelta casi nos dobla el siguiente grupo. Una lástima, pues el coche se comporta francamente bien, con un agarre y un paso por curva de primer nivel. Aunque los 4,2 kilómetros del circuito, con continuos desniveles y con su anchura de 10 metros, se disfrutan mucho a cualquier ritmo, sé que el coche puede dar mucho más de sí, pues en el Jarama pude probar al límite la versión GTI byPeugeotSport de 270 c.v. y el chasis soporta lo que le echen (http://theredstig.blogspot.com.es/2016/03/gone-in-6-seconds.html). Evidentemente, no se pueden comparar los motores, pero lo cierto es que al pisar a fondo en seguida veía llegar la aguja al corte de inyección y tenía que subir marchas con rapidez; como digo siempre, aquí el cambio automático del 5008 me hubiera ayudado mucho, pues las levas en el volante facilitan mucho la tarea y al tacto de la palanca de cambios le vendría bien un poco más de rapidez.

Aunque ya he terminado de conducir por hoy, no puedo evitar acercarme a observar de cerca el 5008 para toquetearlo a gusto.



Realmente la marca ha logrado un estilo deportivo y diferenciador ciertamente atractivo, con detalles como las luces traseras en forma de zarpazo que le otorgan un plus de distinción.


Una vez dentro, el i-cockpit puede crear controversia por su innovadora disposición, pero personalmente pocas pegas prácticas le puedo encontrar... de hecho, ninguna!. Combinado con los magníficos asientos que la marca suele incluir -soberbios por diseño, agarre, deportividad y comodidad-, a los pocos segundos siento que me he integrado con el coche.


Todo el interior tiene un diseño futurista y arriesgado, con grandes zonas lisas que le dan aspecto de pesadez, pero lo compensa con el aspecto liviano del volante -achatado en la parte inferior y en la superior para poder ver bien el cuadro de mandos- y de la consola central, con poquísimos botones que se accionan presionándolos hacia abajo.

Estos permiten acceder directamente a las funciones más usuales, como música, climatización, navegador... mientras que, en segundo plano, quedan los menos usados, como el de desempañamiento de la luneta o de calefacción de los asientos. La regulación de los parámetros sí que debe hacerse en la pantalla táctil, pero los comandos tienen muy buen tamaño y la pantalla queda a mano y a la vista.

La versión expuesta, además, contaba con cuadro de mandos digital y en sí misma supone un espectáculo, por las animaciones que tienen los distintos elementos cuando cambias el tipo de visualización.


Puedes cambiarla desde el volante con mucha facilidad gracias a una rueda giratoria y tienes 4 ó 5 distintas según lo que quieras hacer prevalecer. Así, si cambias de Dials a Driving, por ejemplo, las clásicas esferas se mueven y pasan a colocarse de perfil, dejando el centro de la pantalla para las indicaciones sobre el estado del coche. Las únicas informaciones que se mantienen fijas son las laterales, correspondientes a combustible y temperatura del motor.


Y aún puedes seleccionar Navigation, con las informaciones del navegador, Personal y Minimum, el más curioso, pues sólo deja en pantalla la información indispensable para conducir.

Para acabar con el comentario del 5008, no puedo dejar de hablar de lo amplio que llega a ser en la parte trasera y del maletero de que dispone...Si el 3008 ya disfruta de 500 litros para el equipaje y de un espacio trasero en la media del segmento, esta versión king-size parte de 780 litros... con cinco plazas! aparte de disponer de un espacio para las piernas fenomenal, monta 3 asientos inviduales -de los que ya no quedan- regulables individualmente. Y aún guarda 2 más auxiliares en el maletero, que incluso se pueden retirar pues sólo pesan 11 kilos.


Después de haberlo catado, entiendo porqué el 3008 se ha hecho con el galardón de coche del año en Europa en dura pugna con el Alfa Romeo Giulia( http://theredstig.blogspot.com.es/2017/02/la-berlina-contraataca-prueba-alfa.html): moderno, rompedor, útil, deportivo y con una versión 7 plazas que aún lo mejora en algunos aspectos... alguien da más?

En breve, más sensaciones al volante! para estar al día de este tipo de eventos organizados por las marcas, no olvides apuntarte al grupo de facebook Conduce Coches (https://www.facebook.com/groups/257961934604980/) y para seguir las pruebas que realizo a todo tipo de modelos, mi página (https://www.facebook.com/Theredstig/).




martes, 3 de octubre de 2017

40 años no es nada - prueba volkswagen polo bluemotion




Reconozco que, cuando estas vacaciones ví que el coche que me cedían en la casa de alquiler para recorrer Fuerteventura era un Polo de la generación saliente, me sentí un poco decepcionado, pensando en que el nuevo ya estaba listo para salir al mercado en pocos meses. Pero después de unos días al volante, cada vez tenía más claro que este pequeño alemán se merecía una entrada de mi blog por varios motivos: el primero, por que es el primer Volkswagen que pruebo a fondo, el segundo, por que este fin de año será un modelo a tener en cuenta por lo jugosos descuentos que puede ofrecer y, en tercer lugar, por tratarse de una versión Bluemotion -optimizada para el bajo consumo- que tengo que decir que me ha impresionado mucho, tanto por sus prestaciones como por sus reacciones.



Como decía, allí llegué yo, al parking del aeropuerto, con mi familia, las llaves en la mano y cargado de maletas... cómo nos acomodamos 3 adultos y 4 maletas en menos de 4 metros de coche? Pienso que el maletero tiene 280 litros y deberían ser suficientes haciendo un poco de Tetris; seguro que en el nuevo, con sus 350 litros, la capacidad de carga debe de ser sobresaliente.


Agarro el maletón más grande, lo meto plano y... vaya, resulta que es más ancha que la base, así que no cabe... no hay problema, la pongo en vertical sobre un lateral y... pues tampoco, es tan alta que choca con la bandeja y no puedo bajar el portón! Se me ocurre que puedo desmontarla, pero no me acaba de convencer esa solución, así que opto por meter las 3 tipo cabina de avión -que entran sin problemas- y coloco la última detrás del asiento del conductor, bien encajada para no correr peligro. Afortunadamente, las puertas tienen un buen ángulo de apertura y hay sitio más que suficiente para llevar, como mínimo, a un pasajero detrás.


Ya estamos todos dentro. Antes de iniciar la marcha, procedo a acomodarme, reglando asientos, volante, retrovisores... como en todos los VAG, es sencillo encontrar una postura cómoda y natural con rapidez, el tema ergonómico lo solventaron hace años y es fácil triangular volante-pedales-caja de cambios. Los asientos, como suele ser habitual, son duros y firmes, te sujetan con fuerza pues tienen los laterales muy marcados.





La verdad es que soy muy fan de los asientos del grupo, aunque me temo que el stándar ha cambiado a un diseño más moderno y reservándose este estilo sólo para las versiones más deportivas. También me ha sorprendido el justo tamaño de los mismos, por cierto, pues para una altura de 1.75 encajas como un guante, pero no sobra ni un centímetro a lo alto. La postura, no podía ser de otra manera, es perfecta, con la espalda bien apoyada en el respaldo, generoso reposapiés y buena visibilidad perimetral. Como curiosidad, apuntar que, de noche, los mandos se iluminan en un vibrante color rojo... que dificulta la visión por el retrovisor izquierdo al reflejarse la ruleta de las luces en la ventanilla justo a la altura de éste.


El interior presenta la calidad habitual de los modelos de VW, por encima de la media. La superficie de color negro piano del volante y los cerquillos metálicos por doquier elevan notablemente el buen aspecto visual.


El salpicadero es de lineas sencillas en su diseño, pero es rotundo, inspira robustez. Su disposición alta y ligeramente inclinada hacia el parabrisas hace que todos los mandos queden al alcance de la mano de forma muy natural. Por este mismo cuidado en su fabricación, llama la atención el tacto de las ruletas de la ventilación al girarlas, mecánico y poco agradable, aunque sólo sea por lo habituados que estamos a los mandos electrónicos.


Como decía, el volante, achatado en la base, tiene incrustaciones de color negro realmente suaves y agradables de tocar pero... dónde están los botones para la pantalla multifunción central? toco por detrás y no hay mandos ni para la radio y las palancas sólo incluyen las funciones habituales de intermitentes y limpias -por cierto, éstas son de aspecto ciertamente frágiles-.


Observo que los datos que ofrece son los clásicos de hora, temperatura -en buen tamaño, que estamos en las Islas Canarias y aquí el sol aprieta-, kilometraje total y parcial y nivel del depósito de combustible... y dos botoncitos para resetear los contadores y poco más!. Cierto es que al tratarse de un coche de alquiler estos temas hay que tomárselos con reservas, pues a veces vienen con packs específicos de equipamiento que no encuentras en el mercado para particulares pero no deja de sorprenderme. Antes de arrancar, sigo mi reconocimiento del interior para no encontrarme luego sorpresas en marcha, pese a los comentarios de mi pasaje sobre mi insigne calma y las ganas que tienen de llegar al hotel, dejar la maleta y tirarse a la piscina y es entonces cuando encuentro el ordenador de a bordo que buscaba: se encuentra en la pantalla central del salpicadero.





 La verdad es que tiene un funcionamiento muy bueno, al combinar teclas físicas con una pantalla táctil. Tiene una función PHONE que (creo) sirve para conectar por blue-tooth tu teléfono, entrada para USB -indispensable para llevar toda tu música en un pendrive en poco espacio- y una función CAR que hace las funciones de ordenador.


Desde aquí puedes controlar la autonómia, los kilómetros recorridos, el consumo medio  para varios conductores distintos, aunque la consulta de estos datos en marcha está desaconsejada al quedar a media altura y tener que desviar la vista totalmente de la carretera para consultarla. En cambio, los botones físicos son perfectos para cambiar algún pequeño aspecto (volumen, emisora) sin tener que correr el peligro de avanzar metros y metros a ciegas.

Sobre el objetivo final de esta versión, es decir, el mínimo consumo de combustible, no tengo más que decir que me han parecido de auténtico diesel: entre 5,5 y 6 cuando conducía "al ataque" y 4,8 cuando hice la prueba de mantener los 80 km/h de máxima sin abusar del pedal... y eso contando con que sólo tiene 5 marchas. El sistema Start/Stop, por su parte, no me ha acabado de convencer; quizás es culpa mía y algo no hago bien, pero siempre acabo con el mensaje en pantalla de "PONGA EL MOTOR EN MARCHA DE MANERA MANUAL", algo que también me pasó varias veces con otro modelo del grupo, el Seat Ateca (http://theredstig.blogspot.com.es/2016/11/el-sportisuv-prueba-seat-ateca.html). En el otro lado de la balanza, sorprende lo bien que funciona el indicador de cambio de marcha, que incluso me aconsejaba saltar más de una marcha cuando pasaba de cierto límite de revoluciones.

Como las quejas de mi acompañantes empiezan a oírse en casa, ahora sí, por fin, pongo el motor en marcha... y, para mi sorpresa, suena a diesel! cierto es que no hay vibraciones, pero hasta mis oidos llega el martilleo típico de este tipo de mecánicas, aunque a muy bajo volumen. Estoy por bajarme del coche y mirar de nuevo el logo, pero recuerdo perfectamente que pone TSI; además, el cuentavueltas está tarado a 8.000 y no tendría sentido, por más piezas del interior que suelan compartir los automóviles independientemente de su motorización. Pongo primera, piso el acelerador y sigo notando formas de diesel, con una cierta pereza a bajas vueltas pero que enseguida se difumina; una vez pasados estos primeros instantes, se me van todas las dudas, cuando veo la aguja pasar con facilidad de las 5.000 revoluciones. Recuerdo que se trata de un motor de 1.2 litros, turboalimentado y de 4 cilindros -sorpresa! no es de sólo tres!- con una potencia teórica de 90 caballos, que cunden mucho, pues impulsan sus ligeros 1.100 kilos con una fuerza que no te esperas. Sorprende lo corto que es el recorrido del pedal: la expresión "pisar a fondo" pierde todo su sentido, pues a los pocos centímetros ya has llegado al final; quizás sea una forma de ayudar a bajar los consumos...

Así pues, acelerar, acelera de maravilla, pero, qué tal frena?

Pues se necesita un tiempo para adaptarse. Es de los de tipo "todo o nada", con una primera parte en lo que no notas mordiente y un tramo final donde es fácil acabar siendo lanzado contra el volante, agravado por el tipo de neumáticos que monta.


Cuando no estoy exprimiendo marchas en carreteras de montaña, me gusta practicar una conducción eficiente, anticipándome al tránsito, a base de marchas largas y aprovechando la inercia para avanzar sin consumir combustible. Al llegar al primer ceda el paso -en la isla gastan pocos semáforos-, suelto el acelerador y me encuentro con algo insospechado: el coche corre más! En efecto, los neumáticos de baja fricción funcionan de maravilla y el vehículo, al verse libre del freno que le supone la posición del acelerador incluso gana velocidad. Combinado con el tacto del pedal de en medio, se hace delicado conducir de esta manera ecológica, pues dejas-de-acelerar/ganas-velocidad/pisas-el-freno/no-frena-hasta-el-último-momento, con lo que toca cambiar hábitos y hacer justo lo contrario: no sueltas el acelerador hasta que estás sobre la señal y entonces frenas con ganas. Paradojas de la vida!. Un efecto colateral de los neumáticos de baja fricción es lo fácil que es rodar en marchas largas y a bajas velocidades: circulando por una calle probé a poner quinta y dejar caer la velocidad hasta 20 km/h y el coche se deslizaba con total suavidad, sin los típicos tirones que se producen en estas circunstancias -este genial motorcillo también aporta aquí su granito de arena-; incluso era posible pisar con suavidad y volver a ganar velocidad de forma gradual hasta volver al ritmo habitual de la isla, los 80 km/h.


Aquí parece más lógico reducir marchas, pero si quieres tomártelo con mucha calma, realmente el coche te lo permite. Sobre el tacto del cambio de marchas, es lo que menos me ha convencido. El pedal tiene un recorrido medio y un tacto muy correcto, pero la palanca adolece de una cierta pastosidad, lo que no la hace muy rápida y, además, la precisión no es lo suyo; de hecho, una vez insertada la marcha, podías mover la palanca de forma clara a derecha e izquierda, algo no demasiado habitual en los modelos actuales.

El comportamiento del coche me pareció, de entrada, desconcertante, pues la suspensión tiene una primera parte del recorrido blanda que lo hace cabecear al compás de la carretera. Primero pensé que, al tratarse de un coche de alquiler estaba ciertamente castigada, pero al tener sólo 30.000 kilómetros me inclino a pensar que, simplemente es así, y la verdad es que al poco rato ya estaba acostumbrado y no me daba cuenta. Aún así, en zonas de muchas curvas, se notaba con claridad cómo se inclinaba la carrocería aunque el agarre y la trayectoria estaban más que garantizadas; es cuestión de gustos, pero para mi estilo de conducción, me gustó más en este aspecto la deportividad del nuevo Ibiza (http://theredstig.blogspot.com.es/2017/07/que-el-ritmo-no-pare-contacto-seat-ibiza.html).



Para el final he querido dejar lo mejor del coche (el prestigio, como en la película de los magos clonados) y es el excelente tacto de la dirección. Aquí el pequeño Polo da el do de pecho y clava un aspecto que, para mí, es el determina el carácter premium de un coche... es difícil de explicar, pero las mejores direcciones transmiten un punto exacto entre dureza y suavidad, entre rapidez y lentitud, un giro que te permite afinar al milímetro lo que buscas y una ausencia de movimientos parásitos que no dejan lugar a dudas de su calidad. Y aquí lo he encontrado, con trazadas de tiralíneas buscando los vértices de cada giro del camino. El disfrute aumenta al combinarlo con las muy pocas vueltas de volante que te permite hacer lo que todos buscamos: negociar curvas sin soltar al volante, al estilo de un F1. Como apuntaba antes, con una suspensión algo más firme, el resultado sería perfecto... aunque para eso ya está el GTI, claro.

Y es que el Polo siempre ha tenido la mala suerte de verse eclipsado por su hermano mayor, el Golf, pero mientras aquél se ha aburguesado y ha echado barriguita, éste ha recogido el testigo de aquél mítico modelo de bajo peso y buena potencia que revolucionó el mercado a finales de los 70.


En breve, más sensaciones al volante! Para estar al día de futuras pruebas, seguid mi página de Facebook (https://www.facebook.com/Theredstig/) y el grupo Conduce Coches https://www.facebook.com/groups/257961934604980/) para enterarte de cómo probar gratis los coches de las distintas marcas ( https://www.facebook.com/groups/257961934604980/).