martes, 3 de octubre de 2017

40 años no es nada - prueba volkswagen polo bluemotion




Reconozco que, cuando estas vacaciones ví que el coche que me cedían en la casa de alquiler para recorrer Fuerteventura era un Polo de la generación saliente, me sentí un poco decepcionado, pensando en que el nuevo ya estaba listo para salir al mercado en pocos meses. Pero después de unos días al volante, cada vez tenía más claro que este pequeño alemán se merecía una entrada de mi blog por varios motivos: el primero, por que es el primer Volkswagen que pruebo a fondo, el segundo, por que este fin de año será un modelo a tener en cuenta por lo jugosos descuentos que puede ofrecer y, en tercer lugar, por tratarse de una versión Bluemotion -optimizada para el bajo consumo- que tengo que decir que me ha impresionado mucho, tanto por sus prestaciones como por sus reacciones.



Como decía, allí llegué yo, al parking del aeropuerto, con mi familia, las llaves en la mano y cargado de maletas... cómo nos acomodamos 3 adultos y 4 maletas en menos de 4 metros de coche? Pienso que el maletero tiene 280 litros y deberían ser suficientes haciendo un poco de Tetris; seguro que en el nuevo, con sus 350 litros, la capacidad de carga debe de ser sobresaliente.


Agarro el maletón más grande, lo meto plano y... vaya, resulta que es más ancha que la base, así que no cabe... no hay problema, la pongo en vertical sobre un lateral y... pues tampoco, es tan alta que choca con la bandeja y no puedo bajar el portón! Se me ocurre que puedo desmontarla, pero no me acaba de convencer esa solución, así que opto por meter las 3 tipo cabina de avión -que entran sin problemas- y coloco la última detrás del asiento del conductor, bien encajada para no correr peligro. Afortunadamente, las puertas tienen un buen ángulo de apertura y hay sitio más que suficiente para llevar, como mínimo, a un pasajero detrás.


Ya estamos todos dentro. Antes de iniciar la marcha, procedo a acomodarme, reglando asientos, volante, retrovisores... como en todos los VAG, es sencillo encontrar una postura cómoda y natural con rapidez, el tema ergonómico lo solventaron hace años y es fácil triangular volante-pedales-caja de cambios. Los asientos, como suele ser habitual, son duros y firmes, te sujetan con fuerza pues tienen los laterales muy marcados.





La verdad es que soy muy fan de los asientos del grupo, aunque me temo que el stándar ha cambiado a un diseño más moderno y reservándose este estilo sólo para las versiones más deportivas. También me ha sorprendido el justo tamaño de los mismos, por cierto, pues para una altura de 1.75 encajas como un guante, pero no sobra ni un centímetro a lo alto. La postura, no podía ser de otra manera, es perfecta, con la espalda bien apoyada en el respaldo, generoso reposapiés y buena visibilidad perimetral. Como curiosidad, apuntar que, de noche, los mandos se iluminan en un vibrante color rojo... que dificulta la visión por el retrovisor izquierdo al reflejarse la ruleta de las luces en la ventanilla justo a la altura de éste.


El interior presenta la calidad habitual de los modelos de VW, por encima de la media. La superficie de color negro piano del volante y los cerquillos metálicos por doquier elevan notablemente el buen aspecto visual.


El salpicadero es de lineas sencillas en su diseño, pero es rotundo, inspira robustez. Su disposición alta y ligeramente inclinada hacia el parabrisas hace que todos los mandos queden al alcance de la mano de forma muy natural. Por este mismo cuidado en su fabricación, llama la atención el tacto de las ruletas de la ventilación al girarlas, mecánico y poco agradable, aunque sólo sea por lo habituados que estamos a los mandos electrónicos.


Como decía, el volante, achatado en la base, tiene incrustaciones de color negro realmente suaves y agradables de tocar pero... dónde están los botones para la pantalla multifunción central? toco por detrás y no hay mandos ni para la radio y las palancas sólo incluyen las funciones habituales de intermitentes y limpias -por cierto, éstas son de aspecto ciertamente frágiles-.


Observo que los datos que ofrece son los clásicos de hora, temperatura -en buen tamaño, que estamos en las Islas Canarias y aquí el sol aprieta-, kilometraje total y parcial y nivel del depósito de combustible... y dos botoncitos para resetear los contadores y poco más!. Cierto es que al tratarse de un coche de alquiler estos temas hay que tomárselos con reservas, pues a veces vienen con packs específicos de equipamiento que no encuentras en el mercado para particulares pero no deja de sorprenderme. Antes de arrancar, sigo mi reconocimiento del interior para no encontrarme luego sorpresas en marcha, pese a los comentarios de mi pasaje sobre mi insigne calma y las ganas que tienen de llegar al hotel, dejar la maleta y tirarse a la piscina y es entonces cuando encuentro el ordenador de a bordo que buscaba: se encuentra en la pantalla central del salpicadero.





 La verdad es que tiene un funcionamiento muy bueno, al combinar teclas físicas con una pantalla táctil. Tiene una función PHONE que (creo) sirve para conectar por blue-tooth tu teléfono, entrada para USB -indispensable para llevar toda tu música en un pendrive en poco espacio- y una función CAR que hace las funciones de ordenador.


Desde aquí puedes controlar la autonómia, los kilómetros recorridos, el consumo medio  para varios conductores distintos, aunque la consulta de estos datos en marcha está desaconsejada al quedar a media altura y tener que desviar la vista totalmente de la carretera para consultarla. En cambio, los botones físicos son perfectos para cambiar algún pequeño aspecto (volumen, emisora) sin tener que correr el peligro de avanzar metros y metros a ciegas.

Sobre el objetivo final de esta versión, es decir, el mínimo consumo de combustible, no tengo más que decir que me han parecido de auténtico diesel: entre 5,5 y 6 cuando conducía "al ataque" y 4,8 cuando hice la prueba de mantener los 80 km/h de máxima sin abusar del pedal... y eso contando con que sólo tiene 5 marchas. El sistema Start/Stop, por su parte, no me ha acabado de convencer; quizás es culpa mía y algo no hago bien, pero siempre acabo con el mensaje en pantalla de "PONGA EL MOTOR EN MARCHA DE MANERA MANUAL", algo que también me pasó varias veces con otro modelo del grupo, el Seat Ateca (http://theredstig.blogspot.com.es/2016/11/el-sportisuv-prueba-seat-ateca.html). En el otro lado de la balanza, sorprende lo bien que funciona el indicador de cambio de marcha, que incluso me aconsejaba saltar más de una marcha cuando pasaba de cierto límite de revoluciones.

Como las quejas de mi acompañantes empiezan a oírse en casa, ahora sí, por fin, pongo el motor en marcha... y, para mi sorpresa, suena a diesel! cierto es que no hay vibraciones, pero hasta mis oidos llega el martilleo típico de este tipo de mecánicas, aunque a muy bajo volumen. Estoy por bajarme del coche y mirar de nuevo el logo, pero recuerdo perfectamente que pone TSI; además, el cuentavueltas está tarado a 8.000 y no tendría sentido, por más piezas del interior que suelan compartir los automóviles independientemente de su motorización. Pongo primera, piso el acelerador y sigo notando formas de diesel, con una cierta pereza a bajas vueltas pero que enseguida se difumina; una vez pasados estos primeros instantes, se me van todas las dudas, cuando veo la aguja pasar con facilidad de las 5.000 revoluciones. Recuerdo que se trata de un motor de 1.2 litros, turboalimentado y de 4 cilindros -sorpresa! no es de sólo tres!- con una potencia teórica de 90 caballos, que cunden mucho, pues impulsan sus ligeros 1.100 kilos con una fuerza que no te esperas. Sorprende lo corto que es el recorrido del pedal: la expresión "pisar a fondo" pierde todo su sentido, pues a los pocos centímetros ya has llegado al final; quizás sea una forma de ayudar a bajar los consumos...

Así pues, acelerar, acelera de maravilla, pero, qué tal frena?

Pues se necesita un tiempo para adaptarse. Es de los de tipo "todo o nada", con una primera parte en lo que no notas mordiente y un tramo final donde es fácil acabar siendo lanzado contra el volante, agravado por el tipo de neumáticos que monta.


Cuando no estoy exprimiendo marchas en carreteras de montaña, me gusta practicar una conducción eficiente, anticipándome al tránsito, a base de marchas largas y aprovechando la inercia para avanzar sin consumir combustible. Al llegar al primer ceda el paso -en la isla gastan pocos semáforos-, suelto el acelerador y me encuentro con algo insospechado: el coche corre más! En efecto, los neumáticos de baja fricción funcionan de maravilla y el vehículo, al verse libre del freno que le supone la posición del acelerador incluso gana velocidad. Combinado con el tacto del pedal de en medio, se hace delicado conducir de esta manera ecológica, pues dejas-de-acelerar/ganas-velocidad/pisas-el-freno/no-frena-hasta-el-último-momento, con lo que toca cambiar hábitos y hacer justo lo contrario: no sueltas el acelerador hasta que estás sobre la señal y entonces frenas con ganas. Paradojas de la vida!. Un efecto colateral de los neumáticos de baja fricción es lo fácil que es rodar en marchas largas y a bajas velocidades: circulando por una calle probé a poner quinta y dejar caer la velocidad hasta 20 km/h y el coche se deslizaba con total suavidad, sin los típicos tirones que se producen en estas circunstancias -este genial motorcillo también aporta aquí su granito de arena-; incluso era posible pisar con suavidad y volver a ganar velocidad de forma gradual hasta volver al ritmo habitual de la isla, los 80 km/h.


Aquí parece más lógico reducir marchas, pero si quieres tomártelo con mucha calma, realmente el coche te lo permite. Sobre el tacto del cambio de marchas, es lo que menos me ha convencido. El pedal tiene un recorrido medio y un tacto muy correcto, pero la palanca adolece de una cierta pastosidad, lo que no la hace muy rápida y, además, la precisión no es lo suyo; de hecho, una vez insertada la marcha, podías mover la palanca de forma clara a derecha e izquierda, algo no demasiado habitual en los modelos actuales.

El comportamiento del coche me pareció, de entrada, desconcertante, pues la suspensión tiene una primera parte del recorrido blanda que lo hace cabecear al compás de la carretera. Primero pensé que, al tratarse de un coche de alquiler estaba ciertamente castigada, pero al tener sólo 30.000 kilómetros me inclino a pensar que, simplemente es así, y la verdad es que al poco rato ya estaba acostumbrado y no me daba cuenta. Aún así, en zonas de muchas curvas, se notaba con claridad cómo se inclinaba la carrocería aunque el agarre y la trayectoria estaban más que garantizadas; es cuestión de gustos, pero para mi estilo de conducción, me gustó más en este aspecto la deportividad del nuevo Ibiza (http://theredstig.blogspot.com.es/2017/07/que-el-ritmo-no-pare-contacto-seat-ibiza.html).



Para el final he querido dejar lo mejor del coche (el prestigio, como en la película de los magos clonados) y es el excelente tacto de la dirección. Aquí el pequeño Polo da el do de pecho y clava un aspecto que, para mí, es el determina el carácter premium de un coche... es difícil de explicar, pero las mejores direcciones transmiten un punto exacto entre dureza y suavidad, entre rapidez y lentitud, un giro que te permite afinar al milímetro lo que buscas y una ausencia de movimientos parásitos que no dejan lugar a dudas de su calidad. Y aquí lo he encontrado, con trazadas de tiralíneas buscando los vértices de cada giro del camino. El disfrute aumenta al combinarlo con las muy pocas vueltas de volante que te permite hacer lo que todos buscamos: negociar curvas sin soltar al volante, al estilo de un F1. Como apuntaba antes, con una suspensión algo más firme, el resultado sería perfecto... aunque para eso ya está el GTI, claro.

Y es que el Polo siempre ha tenido la mala suerte de verse eclipsado por su hermano mayor, el Golf, pero mientras aquél se ha aburguesado y ha echado barriguita, éste ha recogido el testigo de aquél mítico modelo de bajo peso y buena potencia que revolucionó el mercado a finales de los 70.


En breve, más sensaciones al volante! Para estar al día de futuras pruebas, seguid mi página de Facebook (https://www.facebook.com/Theredstig/) y el grupo Conduce Coches https://www.facebook.com/groups/257961934604980/) para enterarte de cómo probar gratis los coches de las distintas marcas ( https://www.facebook.com/groups/257961934604980/).



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