Maxi-500 o Renegade's alter ego? Hermano mayor del Ciudadano kane-entos o mellizo del malo-malote Jeep Renegade? Este 500X comparte base y motores con la antigua marca americana -ahora bajo el paragüas del grupo Fiat- y estética con el glamuroso cochecito, pero, hacia que lado se decanta la balanza? Ya había probado los dos primeros, y ahora que he tenido la oportunidad de conducir el X gracias a unas jornadas de pruebas organizadas por la marca italiana con vehículos del concesionario Auto 88, voy a intentar responder a esta pregunta...
Exteriormente está bastante clara su pertenencia a la familia 500: no recuerda ni por asomo al Jeep. Usa y abusa de las formas abombadas y musculosas, abandonando las redondeadas de su hermano pequeño, pero el efecto estético convence; el coche se ve proporcionado, y no siempre es fácil mantener la armonía de las proporciones en el paso a tamaño SUV. Recuerdo un anuncio muy gráfico de cuando lo lanzaron, en el que se veía a un señor al que se le caía por la ventana cierta "pastillita azul" -sabrá a piña?- e iba a parar al tanque abierto de gasolina de un 500... que a la escena siguiente se convertía en este cachas ciclado. Basta con mirar, por ejemplo, la línea sobre el capó, fina y estrecha en el original y bien marcada y resaltada en éste para confirmar este aspecto.
Aún así, debajo del maquillaje SUV es fácil reconocer su procedencia Fiat, con ángulos claramente reconocibles como el 3/4 traseros, que incluso mantiene la forma más o menos triangular de los pilotos traseros con el interior del color de la carrocería.
Toda la parte que no se ve la comparte con el Renegade, de ahí que calquen medidas como la compactada longitud (unos 4,25 metros) o la razonable capacidad del maletero (350 litros), pero a simple vista ya se aprecia que ni la monta de neumáticos ni la distancia libre al suelo es la misma, mucho más enfocada aquí a la ciudad. Mientras que con el primero me atreví a meterme por caminos bastante rotos y rocosos, con éste no aconsejaría intentarlo más allá de caminos de tierra... y facilitos.
Si pasamos al interior, de nuevo es casi imposible encontrar elementos que lo relacionen con el italo-americano.
Aunque la disposición horizontalizada del salpicadero recuerda lejanamente al Renegade -los mandos de la climatización con casi idénticos-, detalles como la inclusión de una banda en el color de la carrocería con el nombre del modelo en la enorme guantera superior y detalles como los 3 pulsadores redondos bajo la pantalla hacen muy difícil relacionar ambos modelos si no te pones quisquilloso. El cuadro de mandos, curiosamente, no pertenece a ninguno de los dos, pues está formado por 3 esferas individuales con sus correspondientes capillas, mejorando incluso en este aspecto el del 500, menos moderno por sus gráficos y más confuso al concentrarlo todo en un único espacio.
Los asientos, por su lado, también hacen gala de un diseño elaborado, que remarca bien las formas del cuerpo aunque son bastante blandos pese a su apariencia de sujetar bien el cuerpo. Imagino que no hace falta decir que la habitabilidad trasera es mucho mejor que en el 500 -allí, simplemente, no existe más allá de una altura infantil-, pero hay que añadir que es mucho mejor de lo que la caída del techo sugiere, siendo buena incluso para pasajeros que ronden el metro ochenta de altura.
No puedo evitar referirme a una anécdota que me sucedió al probar este coche: sólo tenía 12 kilómetros cuando lo conduje! Era tan nuevo que la pantalla central aún tenía el plástico protector, marcaba la gasolina justa para llegar hasta la estación de servicio más cercana, al regular el volante en altura me encontré con que asomaban los protectores de corchopán por debajo del mismo... me sentí como la Rose de Titanic, cuando al ver el barco recitaba aquello de "nadie había dormido entre aquellas sábanas o usado aquellas vajillas... la madera de la escalera olía a recién pintado". Será por lo nuevo, pero la verdad es que el aspecto interior es inmejorable y da una impresión de calidad bastante elevada, sobretodo para su segmento.
Hasta este momento me daba la impresión de que la confrontación con sus hermanos iba a acabar en tablas, pues más o menos se compensaban las características de uno y otro modelo entre sí, por lo que sólo me quedaba un baremo para determinar a quién se parecía más: la dinámica de conducción.
Para empezar diré que la postura al volante es propia, más baja de lo que parece, y está más cerca de la de un compacto que de la de un SUV o de la de un monovolumen, como pasa en el 500. Por lo que respecta a la sensación de espacio delantera, no difiere mucho de la del 500 -el ciudadano es sorprendentemente amplio delante-, pero no llega a la del Renegade, que se aprovecha de lo adelantado de su parabrisas para generar sensación de coche más grande.
También el tacto de la palanca de cambios me sorprendió mucho, pues también difiere de los otros dos modelos. El pedal del embrague es corto de recorrido y suave y lo mismo pasa con las marchas, que entran con rapidez y con cortos movimientos de la muñeca, mientras que en el Renegade ofrecía una leve resistencia que insinuaba su carácter premium y en el 500 era más imprecisa al tacto.
Mientras repostábamos y me entretenía en toquetear a gusto todos los mandos, reparé en un botón circular junto a los posavasos y al pulsador del freno eléctrico con la X del modelo. Lo apreté pensando que sería algún tipo de sistema para conducción off-road, pero era en verdad era sólo un adorno, colocado para disimular el hueco que deja el auténtico selector en las versiones equipadas con tracción 4x4!. 😁
La gama de motores va de 95 a 150 caballos, entre diesel y gasolina. En esta ocasión, pude probar el básico, de tecnología ya clásica, animado por un motor 1.6 de 4 cilindros y 110 caballos (ni turbo, ni down-sizing), pero más que solvente para mover con alegría los 1.350 kilos que pesa. Declara 8,5 litros en ciudad por los 7 del tricilíndrico de 120 cv, pero si no te apetece pagar la diferencia de precio o haces poca ciudad -como en mi caso-, es una opción más que razonable.
El 500X encaja en la categoría de SUV's urbanos y la verdad es que está muy bien adaptado a este medio. Tiene un tamaño ajustado y se mueve con ligereza en el tráfico, gracias a la viveza del motor y a la agilidad ya comentada de la palanca de cambios. En lo que más difiere de sus dos posibles hermanos es en el tacto de la dirección y en las suspensiones: como comentaba en sus respectivas entradas, tanto el 500 como el Renegade montan suspensiones firmes y direcciones con poca asistencia que los hace parecer grandes y aplomados. Este 500X, en cambio, recurre a un reglaje mucho más suave que le permite superar con comodidad los badenes y otros artilugios instalados para obligarnos a reducir la velocidad y a una dirección también ligera y rápida; no llega a la inmediatez de aquellos taxis checker neoyorquinos, que permitían doblar una esquina con un cuarto de vuelta, pero la verdad es que se callejea muy a gusto con él, beneficiado por la buena visibilidad que ofrece. De hecho, la dirección es tan suave en el 500X que no tiene el botón de super-asistencia del urbano (Dual Drive), aunque sin llegar a los exagerados niveles de aquella.
Gran 500 o Renegade con otro emblema?. Pues aunque comparte elementos con ambos, el resultado final es bastante sorprendente, pues tiene suficiente carácter, sobretodo en marcha, como para que podamos hablar de un modelo distinto y único.
Qué buen trabajo por parte del grupo FCA!
Y hasta aquí la entrada con este combate a tres bandas. En breve, más sensaciones al volante en mi Facebook The red Stig e información sobre eventos de conducción en el grupo Conduce Coches. En en próximo post, seguimos a lomos SUV, pero esta vez con un modelo japonés de generosas cotas...
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