martes, 25 de julio de 2017

Dodge Challenger – Born in the USA






Uno de los sueños más comunes entre todos los amantes de los coches es tener la oportunidad de hacer un road-trip por Estados Unidos a bordo de un genuino muscle car americano. Cuando por fin te decides llega la fase de planificación: meses y meses estudiando el itinerario, lugares a visitar, alojamientos… y cómo no, con qué coche lo vas a hacer. Empiezas a sondear por las compañías de alquiler de vehículos y enseguida dos nombres son los que vienen rápidamente a la cabeza: el Ford Mustang y el Chevrolet Camaro, pero luego piensas: estos dos modelos se comercializan actualmente en España y no son raros de ver por aquí. Así que ¿por qué no algo menos visto por estos lares? ¿Qué tal un Dodge Challenger?





Sin duda, los tres forman el trío por excelencia para disfrutar por las carreteras americanas, pero para mi gusto personal, el protagonista de esta entrada es el que tiene una estética que recuerda más al modelo original de los años 70.
Así que cuando aterrizamos en Los Ángeles y llegamos a la oficina de la compañía de alquiler de coches y nos dicen que disponen de tres unidades en colores rojo, gris y negro, pues os podéis imaginar que salimos de allí con un Challenger rojo y una sonrisa de oreja a oreja.





En concreto, el modelo que nos acompañó durante 18 días es el más “básico” (por decir algo), puesto que equipa el motor V6 pentastar de 3.6 litros de cilindrada y 305 CV de potencia, unido a una caja de cambios automática de 8 velocidades y excelente funcionamiento.
Estéticamente el coche impresiona y atrae miradas, pese a que no es complicado ver uno (se ven muchos más Mustangs, sobre todo de alquiler). En el frontal destaca el bifaro redondo con unas luces diurnas led similares a los angel eyes de BMW, añadiendo en las interiores un anillo led de color naranja que cumple la doble función de luz diurna e intermitente. Las luces traseras son también de ledes para todas las funciones, quedando un conjunto moderno y clásico a la vez. El conjunto se remata con una doble salida de escape (uno a cada lado), aunque se trata de dos grandes embellecedores que ocultan los tubos de escape.





Una vez subidos al coche, lo primero que destaca desde el puesto de conducción es el impresionante tamaño del morro del coche. Hay que tener en cuenta que el coche supera los 5 metros de largo. En ese momento piensas que quizás no ha sido tan buena idea meterte con eso en el congestionado tráfico de Los Ángeles, pero lo cierto es que enseguida te acostumbras, ya que todo en Estados Unidos está hecho a lo grande. El puesto de conducción está presidido por un cuadro de relojes de inspiración retro, con una gran pantalla LCD
multifunción entre el velocímetro y el cuentarrevoluciones desde la que se pueden controlar múltiples funciones y parámetros, así como personalizar la información.




Hay otra pantalla táctil en el centro del salpicadero para controlar la radio y el sistema de climatización, bastante simple en este caso al ser el modelo básico, sin muchas funciones y compartida con otros modelos del grupo (es la misma que lleva, por ejemplo, el Jeep Renegade).http://theredstig.blogspot.com.es/2016/08/el-tipo-duro-del-barrio-prueba-jeep.html


     
         La pantalla táctil mostrando los 49ºC de temperatura de camino al Death Valley


En el equipamiento encontramos cosas como apertura y arranque sin llave, Volante multifunción con Cruise Control (imprescindible en USA), toma USB (de funcionamiento bastante errático, al menos con los iphone), cosas curiosas como una brújula, y sin embargo echo de menos el freno de estacionamiento eléctrico (lo tiene de pie, personalmente lo odio, siempre se me olvidaba quitarlo), levas en el volante para el cambio, navegador, un sistema multimedia más completo,… supongo que el equipamiento estará más pensado a los gustos americanos.




Tu segundo pensamiento es: con un 3.6 V6 de 305 CV voy a dejarme los ahorros en gasolina. Pues nada más lejos de la realidad, el consumo del coche nos ha sorprendido para bien. Como no queremos problemas con la Highway Patrol (que nos han dicho que no son especialmente simpáticos con los infractores) circulamos a velocidades dentro de la legalidad y en esas circunstancias la media de consumo según el ordenador de a bordo oscila entre 7,2 y 7,8 litros/100 km, obteniendo una media en el viaje en 3.600 millas de 7,5 litros/100.



Esta imagen se repitió menos de lo que pensaba


Aunque debo confesar que en alguna ocasión conecté el modo sport y le pegué un pisotón a fondo al acelerador, momento en el que el coche reduce marchas y estira hasta 6500 rpm cambiando el suave ronroneo por un poderoso rugido.




En cuanto al interior, los acabados son correctos sin más: no tiene el refinamiento de las berlinas Premium europeas pero tampoco destacan para mal. Teniendo en cuenta que también probamos sus cualidades como SUV metiéndolo por carreteras sin asfaltar y caminos pedregosos, no escuchamos crujidos fuera de lo normal. En estas circunstancias, donde algún turismo desfallecía y algún SUV empezaba a mostrar signos de debilidad (por ejemplo en la pedregosa bajada a Monument Valley), nuestro Challenger se defendía con dignidad ya que contaba con unos neumáticos con un perfil bastante alto (235/55-R18).


El Challenger mostró ciertas actitudes como SUV. Tanto en el desierto…




…Como entre montañas y nieve



Otra cualidad positiva es la capacidad del maletero, que te permite llevar todo lo necesario para el viaje: caben 2 maletas grandes, la obligatoria nevera portátil, y queda espacio para mochilas y alguna cosa más. Eso sí: la boca de carga es alta y estrecha, por lo que cada vez que toca cargar y descargar maldices en arameo.





En los asientos traseros hay espacio suficiente para dos adultos, aunque dado lo reducido de la ventanilla trasera las plazas pueden resultar un poco agobiantes.
En definitiva, un coche excelente como compañero de road trip y que enamora, pero es como cuando te enamoras de ese chico o chica problemático y rebelde. ¿Me lo compraría en España? Pues sería una locura seguramente. Pero si viviera en USA, donde en los parkings caben camionetas, la gasolina está a 2,50 dólares el galón y el coche se puede adquirir desde 27.000 $ la respuesta sería seguramente que sí.
Espero que os haya gustado
Un saludo a todos los lectores de The Red Stig
















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