lunes, 13 de marzo de 2017

Mini que te quiero Mini - presentación Countryman




Reconozco que, allá por el 2009, cuando empezó a correr el rumor de que la marca Mini preparaba un pequeño SUV para su gama, no pude evitar pensar que se estaban metiendo en un terreno complicado... cómo trasladar el icónico diseño a semejante tamaño sin perder la esencia? cómo mantener las puras sensaciones de conducción que produce -Go Kart Feeling- en un vehículo que eleva de esa manera el centro de gravedad?. Por lo que respecta a ambos aspectos, el pequeño SUV pasó la prueba con nota, e incluso se dió el lujo de ganar 4 veces la prueba del motor más exigente, el Dakar.


Pero el tiempo pasa para todos y ahora llega una segunda generación. Si cuando se lanzó fue prácticamente un precursor en su segmento y estaba solo en el mercado con la excepción del Nissan Juke, las elevadas ventas hacen que día a día aparezcan nuevos modelos: Fiat 500x, Jeep Renegade, Renault Captur, Audi Q2... etc y una actualización del concepto siempre es bien recibida.



Este nuevo Mini ha crecido. Y mucho. De los poco más de 4 metros originales (4,09) se ha ido a los 4,35; también es más ancho, al pasar de 1,79 m a 1,82, pero es algo más bajo (1,55 por los 1,56 originales). Es decir, sigue la receta del exitoso Qashqai de cambiar la verticalidad de diseño de los 4x4 por la horizontalidad de las berlinas, dando lugar, en la práctica, a un compacto hatchback de plataforma sobreelevada con añadidos estéticos propios del mundo off-road (frontal prominente y horizontal, protecciones plásticas en pasos de rueda...), logrando un diseño mucho más dinámico y agresivo que el de su antecesor. Así, la calandra frontal gana presencia con su estilo de Aston Martin o Mustang y sigue destacando el quiebro del pilar C que le da un aspecto flotante al techo.


Los 20 centímetros que ha ganado este Mini le dotan de un maletero con una capacidad destacable para su tamaño (450 litros) y de formas muy regulares, incluido un doble fondo en el suelo del maletero.



Igualmente, el espacio en las plazas traseras es muy bueno, siendo posible regular la inclinación del respaldo. Aunque la anchura es más que suficiente para tres personas, parece que los fabricantes han adoptado el estándar de montar dos asientos claramente marcados que dejan un espacio central pensado para un uso esporádico.


Donde sí que se nota un claro cambio es en el salpicadero, con un avance en los materiales y en la calidad percibida, pero manteniendo la originalidad y vistosidad del diseño anterior.


Impacta la forma poco usual de la pantalla central, esférica y de grandes dimensiones, los interruptores cromados de tipo avión, los pedales ovalados, los detalles british, como la bandera en la base del volante o el hueco portaobjetos delante de la palanca de cambios tapizado como una manta inglesa de viaje...


Ponerse al volante y sentirse como en casa es instantáneo: parece hecho a medida. Todos los mandos caen a mano, se tiene una buena panorámica del morro y la postura no es ni demasiado tendida ni demasiado vertical. Los asientos deportivos de esta versión S, de multirregleje eléctrico, te acogen a la perfección, aunque el resalte de la banqueta molesta un poco al subir y bajar del coche.


Ser un icono viviente del diseño comporta alguna servidumbre, y aquí lo encontramos en el pequeño tamaño del cuadro de mandos, con una única esfera que aglutina velocímetro y una pantallita auxiliar junto a una semi esfera para el cuentarevoluciones. Afortunadamente, la tecnología viene en su auxilio en forma de proyección de datos en el parabrisas -HUB- y en la fenomenal visibilidad de la pantalla central, de excelente calidad y con un colorido que remite a la alegre psicodelia de los 60.


Aunque en esta ocasión no había modelos para realizar pruebas dinámicas, apostaría a que el tacto de la dirección y su comportamiento es, como mínimo, tan bueno como el del Clubman que tuve oportunidad de conducir (http://theredstig.blogspot.com.es/2016/05/la-insoportable-levedad-del-mini-clubman.html). En cualquier caso, el tacto del pedal del embrague es firme y de corto recorrido, al igual que la palanca de cambios, de inserciones precisas aunque no especialmente rápidas. Respecto a ésta, me ha llamado mucho la atención que el pomo esté ligeramente inclinado a la izquierda, hacia el conductor, para facilitar su uso.

Y poco más que explicar! sólo me queda esperar a tener suerte en el sorteo que el concesionario promotor de esta presentación MINI Barcelona Premium realizará en breve para poder contar qué tal
es pasar un fin de semana con este Countryman, cada vez menos mini, pero cada vez más leyenda.

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