martes, 5 de abril de 2016

No me llames SUV, llámame... Evoque




Hace cosa de un par de semanas, tuve la oportunidad de acudir a la presentación -estática- del nuevo modelo de la gama Evoque, el descapotable. Si no lo puedo conducir, no cuenta para mi particular listado de modelos que he probado, pero la verdad es que me apetecía escribir sobre este interesante modelo y esto me da la excusa perfecta...si a eso le sumamos que lo presentaban en el espectacular hotel Miramar, en la montaña de Montjuic de Barcelona y que necesito material para este blog, no me lo pensé mucho a la hora de aceptar la invitación.

Tengo que reconocer que, cuando en el año 2008, se anunció la compra de LandRover/Jaguar por parte de la megaempresa india Tata -el mundo al revés, se decía entonces, con los indios comprando una marca inglesa-, se me pusieron los pelos como escarpias: siguiendo la suicida moda económica actual de maximizar beneficios a cualquier precio, me veía el mercado inundado de modelos indios con la marca inglesa en el morro y con especificaciones asiáticas muy por debajo de las europeas y la desaparición de la marca en poco tiempo. Afortunadamente, sea porque en el fondo es una empresa familiar comandada por el señor Ratán Tata, sea por amor a la tradición o sea porque actuaron con visión de futuro, se decidieron a devolver a la marca al lugar que nunca debería haber perdido: lo más alto del Olimpo de los TodoTerrenos de lujo. Y lo hicieron a base de poner dinero sobre la mesa y dejar trabajar libremente a los ingenieros para desarrollar vehículos a partir de las más avanzadas tecnologías.

Pero en el fondo los resultados contables mandan y era obvio que la marca no podía vivir sólo de modelos de gran tamaño, así que decidieron ampliar mercado bajando un escalón el segmento y el precio de su gama alumbrando un modelo que ha dado mucho que hablar: el Evoque. Cuando en el 2.010 empezaron a circular fotos del prototipo, el mundo del motor se revolucionó ante la innovadora mezcla de todoterreno y deportivo que ofrecía este concepto: lineas rotundas y robustas pero con un techo bajo que le daba un aspecto dinámico. Y si su imagen levantó polvareda, más aún lo fueron las declaraciones de la marca afirmando que el vehículo final respetaría en un porcentaje muy elevado el diseño presentado.

Arriesgaron fuerte, innovaron y acertaron, otro punto más para la marca india, que se benefició, además, de la eclosión del fenómeno SUV; aunque en el fondo su guerra es otra, es obvio que la moda de los TT lights le fue favorable. Pero no debe perderse de vista una idea: mientras el resto de marcas diseñan un compacto de carrocería elevada y, en algún caso, con tracción 4x4 que facilita subir a las pistas de esquí, en Land Rover primero diseñan un vehículo capaz de subirse por las paredes -como demostraron en Top Gear con el Defender- y luego, si el mercado lo demanda, ya se lanzará alguna versión de tracción delantera.

Y como parece que la osadía de la marca no tiene fin, ahora se la juegan con otro concepto innovador: el TT deportivo... descapotable. Rizando el rizo!. Así pues, un viernes por la tarde me acerqué al Miramar para poder tocar y ver en directo este prometedor vehículo.


Como no podía tratarse de otra manera siendo una marca de este nivel, todos los detalles estaban cuidados: al entrar en la sala, cubierta de parquet, te reciben en un guardarropía y toman nota de tu asistencia en un mostrador de recepción. El coche está expuesto en una amplia sala bajo un techo acristalado y las paredes dan a unos pequeños jardines donde puedes ver y observar de cerca, si quieres, otros modelos de la marca como el Range Rover y el Range Rover Sport. Múltiples pantallas de televisión ofrecen información a raudales sobre la tecnología que estrena el pequeñín de la casa y hasta es posible tomarse algo en una barra de bar (de forma muy generosa, además, pues pedimos unas bebidas y nos obsequiaron con algo de jamón serrano para picar y hasta unos sandwiches de diseño)




Pero lo importante de la tarde es que hemos venido a ver un nuevo LandRover y lo mejor es acercarse a observarlo de cerca a disfrutar de su rompedor estilo. Los diseñadores se han decantado por un techo de tela de alta calidad que se abre con total suavidad y rapidez, posiblemente para ahorrar kilogramos, pues el vehículo ya tiene un peso considerable -casi 2 toneladas para su tamaño-. Personalmente soy partidario de los techos rígidos, menos "puros" pero más prácticos si quieres usarlo como coche único y no tienes donde guardarlo, aunque imagino que para alguien que pueda pagar los 50.000€ mínimo que cuesta este modelo eso no será un tema a considerar...




Lo primero que adviertes es comprobar lo alto que sigue siendo, aún sin techo: te llega hasta la mitad del pecho! podrías perfectamente acodarte en la zaga y usarlo como barra de bar portátil. Es entonces cuando ves claramente "el truco" de diseño de la versión cerrada: de cintura para abajo es un todo terreno, enorme, con mucha chapa y elevada altura para poder pasar por donde haga falta, pero, de cintura para arriba, se han acortado los montantes y reducido la superficie acristalada para darle ese aspecto deportivo. Así, al desnudo, se acentúa esta sensación, pero está claro que no es un descapotable de esos de subirse dando un brinco... salvo que practiques parkour, claro...



La vista trasera, como siempre, es la más discutible de este tipo de coches, pero eso ya es problema del que circule detrás tuyo, que ya te envidiará lo suficiente. Lo que no puedes evitar pensar es que suerte que el coche es ancho, porque tiene un nombre más largo que ese municipio islandés que ostenta el récord guinnes de la palabra con más letras del mundo. El nombre completo del modelo es Land Rover Range Rover Evoque Convertible. Suerte que la marca no suele informar con anagramas de si es 4x4 ó 4x2, diesel o gasolina, potencia o tipo de cambio, porque entonces seguro que les faltaría coche a lo ancho.




Acabo de dar la vuelta al coche y estoy impresionado por la imagen de fortaleza que da desde cualquier ángulo o que transmite cualquier pequeño detalle. Los tiradores de las puertas, el montante del parabrisas... mención especial merecen los retrovisores exteriores. Ignoro si la marca ha hecho la prueba, pero dan la sensación de que podrías levantar el coche en vilo enganchándolo en uno de ellos!.

Como el coche está abierto, aprovecho para ponerme al volante y hacerme la foto de rigor para mi colección particular y, sobretodo, para disfrutar de la calidad y elegancia que rezuma el interior. Eso sí, es una lástima que al no tener techo no se pueda disfrutar suficiente del aroma a coche nuevo y del que emana de la piel de los asientos.




En el interior es innegable su origen inglés. Si en automoción los italianos son el diseño, los japoneses el rigor, los alemanes la calidad, los franceses la comodidad, los nórdicos la sencillez y los norteamericanos la fuerza bruta, la elegancia es coto de los modelos ingleses. Las lineas usadas y la combinación de colores, lejos de estridencias, dan ese aire señorial que hace a estos modelos fácilmente reconocibles.




Mención especial merece el cambio de nueve velocidades que incorpora, del especialista en cajas ZF. Siguiendo con el tema de la elegancia, se controla desde una pieza circular giratoria que emerge de la consola central cuando el coche se pone en marcha, al estilo de sus primos de Jaguar. Y seguro que mejora la experiencia de conducción, pues el año pasado, durante unas jornadas de pruebas con el Range Rover Sport a las que acudí con la esperanza de ganar un viaje de aventura off-road a Australia, tuve oportunidad de toquetear a mis anchas la versión del Evoque con cambio manual -también en parado- y lo encontré realmente tosco y duro. Pero es lo que decía antes: Land Rover fabrica todo terrenos de verdad y en algo tiene que notarse la herencia de su abuelo Defender, diseñado para el campo y la montaña.




Donde también puede advertirse esta herencia es en los motores. Mientras el resto de marcas tiende a reducir el cubicaje en sus modelos todo camino, Land Rover sigue manteniendo los buenos 2 litros de cilindrada para obtener la potencia que se necesita a baja velocidad, aunque, eso sí, con motores que incorporan las últimas tecnologías y materiales.

Y poco más puedo añadir a esta primera toma de contacto en parado, aunque seguro que en marcha no le va muy a la zaga a su hermano mayor, el Sport, que sí tuve ocasión de probar en un recorrido montañés en el marco de las jornadas que comentaba antes y que me sorprendió agradablemente por la suavidad y agilidad que mostraba en cualquier situación pese a su volumen.



No hay comentarios:

Publicar un comentario